Después de introducir el DIU en la cavidad del útero, un cordón de nailon unido al dispositivo sale por el orificio externo del cuello uterino, en el fondo de la vagina. Mide entre 1 y 2 cm de largo y su finalidad principal es facilitar y simplificar la posterior extracción del dispositivo en la consulta del médico.

De la misma forma que este hilo ayuda a la extracción, puede ser un gran aliado durante el uso en cuanto a la percepción de la posición del dispositivo por parte de la usuaria, pudiendo notar precozmente si hay algún cambio en su colocación. Pero, ¿cómo hacerlo?

Después de la inserción, puedes preguntar al profesional que te lo insertó cómo te dejó el hilo. Después de la inserción, en cuanto te sientas cómoda, hazte una autopalpación vaginal. Busca una posición cómoda para poder introducir un dedo en la vagina, en cuclillas mientras te duchas o con una pierna elevada, son las formas más fáciles. Primero deberás buscar el cuello del útero. Éste se encuentra cerca del fondo de la vagina, con una textura similar a la punta de una nariz, con un orificio en el centro. Una vez que hayas identificado el cuello uterino, lo que puede llevar un rato pero está bien, notarás que sale un hilo de este orificio y lo tocarás para evaluar su posición.

Tocarás el hilo y te harás una idea de su longitud, y ese será tu parámetro. En el primer mes, cuando hay más posibilidades de que el dispositivo sea expulsado, puedes hacerlo semanalmente, y después puedes hacerlo cada ciclo menstrual, dándote cuenta de cuándo es mejor hacerlo. Estarás atenta a los cambios en el patrón de tu hilo, y puede que dejes de notarlos o que los notes mucho más tiempo de lo habitual. Y si notas estos cambios, ¡deberás ponerte en contacto con el profesional o el servicio que te insertó el dispositivo!

Siempre es importante recordar que durante el ciclo menstrual, el útero sufre cambios de posición y eso puede alterar la percepción del hilo, por lo tanto, elige un momento de tu ciclo y haz tu auto-touch siempre en el mismo momento.